Huir de la metrópolis y de la pandemia

Cuando no había COVID-19 y las clases medias altas de América Latina podían pensar en un cambio de vida, comenzaron a migrar.

Parejas de profesionales jóvenes escapaban de la metrópoli -Buenos Aires, Santiago, Bogotá- buscando la experiencia rural (sana, con olor a tierra, tranquila) en ciudades intermedias. Ciudades con wifi, educación privada, pero con vistas al mar, la cordillera o la sierra. La pandemia ha agudizado esta huida, constatan los autores. Por otro lado, ha despertado o profundizado la resistencia de los locales, quienes “obstaculizan rutas de acceso, colocan carteles que prohíben el paso, apuntan a las metrópolis como foco de riesgo epidemiológico y solicitan el testeo sanitario de quienes pretenden ingresar al territorio”. En esta columna, tres investigadores de Argentina y Chile revisan datos recopilados desde 2010 en los que describen tres momentos de una década: la fantasía de lo rural, la huida de la metrópolis y los desafíos post-pandémicos.

Fuente: Ciper Chile